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Ruta deporte y estrellas

Después del éxito del pasado año, cuando se llevó a cabo hasta en dos ocasiones -con motivo de Reventón Trail y Astrofest-, la Ruta Deportes y Estrellas, vuelve para enamorar a los amantes del movimiento ‘Starlight’. La actividad gratuita está prevista para el próximo 7 de abril de 2023, a las 19:30. La iniciativa pretende acercar al público a una ruta permanente que puede seguirse de forma autoguiada y que fue instalada en 2018 por la organización de Reventón Trail Fred. Olsen Express con el apoyo del Cabildo Insular de La Palma.

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RUTA DEPORTE Y ESTRELLAS

La Ruta Deporte y Estrellas sigue el recorrido de la Maratón (45,7 kilómetros) de Reventón Trail El Paso, primer Evento Deportivo Starlight del mundo.

El Ayuntamiento de El Paso, el Cabildo de La Palma y la Fundación Starlight colaboran de esta forma en la divulgación astronómica y en la promoción de la excepcional calidad del cielo nocturno de la isla.

mirador astronómico de
la cumbrecita (km 12)

En cada planeta, el árbitro entre el relieve y la erosión es su gravedad superficial, que dicta cómo de altas pueden ser sus montañas. En Marte esa fuerza es mucho más débil que aquí, por lo que su Monte Olimpo es 2,5 más grande que el Everest. A su lado nuestro vecino Bejenado es apenas una colina.

En la Tierra, la acción erosiva del agua y en menor medida del viento ha ido ensanchando el interior de la Caldera de Taburiente, que en la actualidad tiene 8 kilómetros de diámetro. En nuestro planeta vecino, el Monte Olimpo también tiene una enorme caldera terminal… ¡diez veces más grande que la nuestra!

Marcador astronómico del
LLANO DE LOS JABLES (km 32.3)

El vecino Volcán de Tacande entró en erupción en torno al año 1480 de nuestra era. Según una crónica algo posterior, muchos indígenas palmeros murieron en esta catástrofe, que dejó a la montaña vacía “como reloj de arena que va pasando la hora”.

El vulcanismo no es, sin embargo, un fenómeno puramente terrestre. Otros cuerpos celestes también muestran indicios de episodios volcánicos, aunque sucedidos en épocas muy diversas.

Ío: un infierno de azufre

La cuarta luna más grande de Júpiter (tras Europa, Ganímedes y Calisto) es también la más densa y la más cercana a su planeta. Atrapada entre sus compañeras y el gigante gaseoso, su interior se ve sometido a fuertes tensiones gravitacionales, cuya energía libera en forma de calor.

La constante renovación de su corteza por las numerosas erupciones y la presencia de compuestos de azufre otorgan una apariencia lisa y colorida al cuerpo más volcánicamente activo de nuestro Sistema Solar.

La Luna: mares de basalto

Nuestro satélite, que tiene casi exactamente el mismo tamaño que Ío, presenta sin embargo un aspecto muy diferente. Incontables cráteres de impacto puntúan su superficie, que aparenta llevar varios miles de millones de años dormida.

Sin embargo, no siempre fue así. En pleno siglo XVII, ya Galileo describió en sus primeras observaciones unas enormes regiones oscuras, a las que llamó maria. Hoy sabemos que estos “mares” lunares son en realidad planicies basálticas, generadas por las erupciones a las que siguieron ciertos impactos de meteoritos de gran tamaño.

Encélado: géiseres gigantes

En su encuentro con esta luna de Saturno, la sonda Cassini detectó enormes chorros hidrotermales, semejantes a géiseres, proyectados hacia el espacio desde su polo sur. Según parece, estarían relacionados con un océano subterráneo.

Marcador astronómico del
LLANO DE LAS CUEVAS (km 36.7)

En los meses cálidos, una reconocible silueta se adueña del cielo de Canarias. Favorecida por la ubicación meridional del archipiélago, toda la constelación de Escorpio emerge poderosa –aguijón incluido– por encima del horizonte sur.

Esta espectacular figura es una prueba evidente de las ventajas que para la observación astronómica ofrecen las latitudes intermedias. Tanto es así que desde nuestro archipiélago es posible incluso observar objetos que pertenecen al Hemisferio Sur celeste y que por tanto permanecen ocultos desde otras regiones europeas.

Desde el sur de La Palma y a simple vista es posible observar por ejemplo la estrella Canopus, la segunda más brillante del cielo nocturno. También en verano y en la misma dirección asoma el cúmulo globular de Omega Centauri, formado por una acumulación de estrellas moribundas que bajo los prismáticos se asemejan a una mancha difusa.

Antares

Esta supergigante roja representa al corazón del escorpión. Su nombre viene de la época clásica y quiere decir “el rival de Ares”, ya que en el cielo compite con el planeta Marte (Ares en griego). Es casi 900 veces más grande que nuestro Sol.

Los tres principales observatorios astronómicos del planeta se encuentran entre los 20 y los 30 grados de latitud. Es la región óptima para minimizar las turbulencias atmosféricas.

1.-MKO (Mauna Kea Observatories, Hawaii)

2.-ESO (Observatorio Europeo Austral, Chile)

3.-ENO (Observatorio Norte Europeo, Canarias)

Marcador astronómico del
PINO DE LA VIRGEN (km 39.5)

Es probable que los auaras o benahoaritas –los habitantes prehispánicos de La Palma– ya adorasen al cercano Pino de la Virgen. La posterior edificación de una ermita habría dado por tanto continuidad a un espacio previamente sacralizado. Esta supuesta dendrolatría (culto a los árboles) también explicaría la conservación de otro majestuoso ejemplar junto a la Fuente del Pino.

Por otra parte, las fuentes etnohistóricas han subrayado la importancia que la cultura indígena de La Palma concedía a los cuerpos celestes. Consideraban al Sol y a la Luna como sus dos divinidades primordiales y es probable que nuestro satélite constituyese la columna vertebral de su calendario.

En algunas estaciones de grabados rupestres de El Paso parece poder rastrearse esta cosmogonía. Los enormes círculos radiados del yacimiento de La Fajana podrían atestiguar estos cultos astrales, que también se reflejarían en algunos petroglifos de El Verde y de la cara sur del Bejenao.